Reciclar tiene beneficios sorprendentes que muchas veces pasan desapercibidos. Por ejemplo, reciclar una tonelada de papel puede salvar aproximadamente 17 árboles y más de 30,000 litros de agua, recursos vitales para el equilibrio ambiental. Además, una lata de aluminio puede volver a estar en los estantes como una nueva lata en tan solo 60 días, lo que la convierte en uno de los materiales más eficientes dentro del proceso de reciclaje.

El vidrio, a diferencia de otros materiales, se puede reciclar infinitas veces sin perder su calidad ni transparencia. Una sola botella de vidrio reciclada ahorra la energía suficiente para mantener encendido un bombillo de 100 vatios durante cuatro horas. Este dato refleja el enorme potencial de ahorro energético que se obtiene con simples acciones de reciclaje cotidiano.

Los plásticos, aunque más complejos, también tienen un gran impacto cuando se reciclan. Con 25 botellas de plástico recicladas se puede fabricar una chaqueta de lana sintética, y con 40 botellas se produce suficiente fibra para confeccionar una camiseta deportiva. Además, se estima que cada minuto se desechan más de un millón de botellas de plástico en el mundo, por lo que reciclarlas contribuye a reducir de forma considerable esta acumulación.