Reducir la cantidad de residuos es igual de importante que reciclar. Se recomienda utilizar botellas y bolsas reutilizables, elegir productos con menos empaque o empaques reciclables, reutilizar objetos antes de tirarlos y evitar productos desechables, optando por alternativas duraderas. Participar activamente en campañas de reciclaje y educación ambiental, así como motivar a familiares y amigos a adoptar estas prácticas, contribuye a un cambio positivo en la comunidad y en el medio ambiente.

El reciclaje contribuye directamente a la lucha contra el cambio climático porque reduce la necesidad de extraer, transportar y procesar materias primas, actividades que generan grandes emisiones de gases de efecto invernadero. Cada producto que se fabrica con materiales reciclados requiere menos energía que uno hecho desde cero, lo que disminuye la quema de combustibles fósiles. Por ejemplo, el reciclaje de metales como el aluminio y el cobre evita la explotación minera, una de las industrias más contaminantes del planeta. Además, al disminuir la cantidad de basura en los vertederos, se reducen las emisiones de metano, un gas que tiene un efecto invernadero 25 veces más potente que el dióxido de carbono. De esta manera, el reciclaje se convierte en una de las acciones más sencillas y efectivas para mitigar el calentamiento global.